Además tuvimos un público entregado, sí, es verdad lo que se dice que sin el público no habría obra. Muchas de ellas amigas incondicionales que vienen siempre, que apoyan siempre. Da la sensación de que te subes a un escenario donde hay red, donde la gente está deseando recogerte y apoyarte o darte la mano para seguir si hay cualquier problema.
Conté un cuento basado en una historia real sobre unas ballenas que se quedaron atrapadas en el hielo en Alaska. El hecho es que ocurrió un gran milagro porque toda la gente puso de su parte, su granito de arena para ayudar a salvar a esas ballenas hasta que finalmente lo consiguió. Y eso que según avanzaban hacia el objetivo, más problemas surgían para conseguirlo pero ante las barreras aparecían nuevas colaboraciones y nuevas soluciones.
Para ayudar a avanzar a las ballenas, los voluntarios fueron construyendo agujeros en el hielo que servían de respiradero para que ellas fueran avanzando. Y así poco a poco, paso a paso, entre todos, llegaron a producir un gran milagro. Así me siento yo en este momento, gracias a la colaboración de mis compañeros, a la ilusión y al trabajo de todos, hemos podido construir algo bello y compartirlo con quien nos ha regalado su tiempo. Sólo queda agradecer y desear que este sea un buen comienzo de una gran amistad.
¡Ah! Y tenemos fecha para la próxima contada será en Libertad 8 cuna de narradores y cantautores el próximo 17 de diciembre a las 19:30. Os sorprenderemos con nuestros cuentos con llave, venid a escuchar los relatos prohibidos, abrimos todas las puertas y postigos para contaroslo todo. Un buen inicio de la Navidad.
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